jueves, 29 de diciembre de 2016

AL DESPERTAR, LA CONCIENCIA QUE SOMOS SE AUTOEVIDENCIA


Extraviados, perdidos, en realidad proyectados fuera de nosotros,
Lo que somos quedo fundido, mezclado con cada cosa del exterior a nuestro ser.
Así es como la conciencia, que es nuestra identidad básica y real,
Fijó su atención en el afuera de sí: el mundo, el cuerpo, la mente, la personalidad,
Y, como resultado de ese movimiento: conciencia y mundo, conciencia y cuerpo,
Conciencia y mente, conciencia y personalidad quedaron unidas, indiscriminadamente,
Hasta el extremo de que ambas realidades se redujeron aparentemente a una.
Y la conciencia hipnotizada por la fusión perdió en ella su realidad identitaria.
Así es como cada ser humano se olvidó de sí hallándose obnubilado en lo que no es.
Luego, como se sabe, se inició el camino de regreso al “Paraíso” perdido, tan añorado,
A la conciencia de sí. Y en esta tarea andamos metidos, todavía.

¿Despertar, qué es entonces?: es recuperar esa conciencia de ser lo que somos.
Y esto se consigue cuando la conciencia, que es nuestra identidad real
Realiza el camino inverso al que en un tiempo emprendió y que la llevó a extraviarse.
Ahora se trata, de que ella, que se proyectó fuera fusionándose en lo proyectado,
Se reabsorba en sí misma, o sea, que vuelva su atención hacia ella
Hasta el punto de autorreconocerse, de tomar conciencia de sí en lo que es.
Cuando esto ocurre, entonces la consciencia se hace autoevidente a sí misma
Y nos sabemos siendo ella como ella. Eso es Despertar.

Esto es algo muy grande y hermoso, puesto que, por fin, sabemos quiénes somos.
Con lo cual, trascendemos definitivamente nuestro cuerpo, mente y emociones,
Así como cualquier identificación errónea con cuanto nos rodea y cambia,

Se vence por fin todo temor a la muerte, y empezamos a vivir realmente y en libertad.

SERES CÓSMICOS. ALMAS EVOLUCIONANDO HACIA LA PLENITUD.


Habitantes temporales de la Tierra, pero viajeros por mundos insólitos.
Somos descendientes de seres de otros mundos y emparentados con ellos,
Vinimos en ese sentido de las estrellas, con origen, pues, extraterrestre,
Como cree Francis Crik, uno de los descubridores de la doble hélice del ADN.
Más aún, sin intervención sobre nuestros cuerpos de entidades exteriores a la Tierra
No hubiera sido posible que por evolución se hubiera pasado, en 200.000 años,
Del homo erectus al hombre actual. ¡Harían falta 30 millones de años evolutivos!.
T. Huxley lo creía y Alan F. Arnold lo afirma en su libro “Los dioses del nuevo milenio”.
Que la imaginación y la intuición digan el resto, ellas abren las puertas del conocer.

Ahora bien, nosotros no somos los cuerpos, los utilizamos. Ellos pasan, nosotros no.
Somos almas recorriendo infinitas posibilidades a través de infinitos mundos y cuerpos.
Nuestro recorrido se basa en un ascenso evolutivo, coherente y jerárquico
Que se alimenta y es impulsado por ese motor imparable, esencial e identificativo
 Llamado instinto de perfección. Por él ansiamos y buscamos la plenitud sin fisuras.
Vamos tras ella porque de modo muy sutil sabemos que de ella salimos, que la somos.
Esta es la verdad de nuestro origen, no como cuerpos sino como almas:
Nos separamos aparentemente de ella y hacia ella volvemos, lo estamos haciendo.

Lo hacemos a través de infinitos caminos, formas, condiciones y estados,
Ninguno de ellos nos es ajeno. De ahí, nuestra profunda hermandad con todo y todos,
Desde la energía más simple a la formación más compleja, desde el mineral al animal.
Todo nos acompaña y acompañará mientras lo necesitemos, como nuestro cuerpo.
Todos los universos y realidades manifiestas juntas forman el cuerpo de Dios.

Del mismo modo que el cosmos es el nuestro. Y nuestro ser el alma de Dios.

EL EGO SE DESARMA ANTE LA INMENSIDAD.


Hay ventanas a las que es muy conveniente y útil asomarnos,
La ventana del universo es de las más interesantes. Produce de todo menos indiferencia.
Del universo al que pertenecemos sólo se conoce el 4%. ¡No sabemos nada!
El 96% restante está compuesto por un 71% de energía oscura
Y un 25% de materia, también oscura. La energía oscura lo lleva a expandirse, sin parar.
El 4% conocido está compuesto por átomos y materia, así nosotros como las estrellas.
¿Polvo de estrellas nuestros cuerpos? Evidentemente que sí, y hermanados con ellas.
En ese 4% del universo observable hay más de 100.000 millones de galaxias,
Cada una con un promedio de 100.000 millones de estrellas. ¡Y en equilibrio perfecto!
Y en cuanto a planetas, puede que haya unos 10.000 millones de billones (Carl Sagan).
¿Y mundos?, ¿y universos?, ¿cuantos existen? ¡Tal vez infinitos! La ciencia lo sugiere,
Y Giordano Bruno, el filósofo del siglo XVI que fue quemado por la inquisición
Lo remarca: qué otra cosa cabría esperar de la grandeza infinita de Dios.

Es muy sano reparar de cuando en cuando en esta clase de información y de datos,
Aunque sea para que nuestro pequeño ego, ese enano diminuto se retraiga y afloje.
El abismo de la realidad material puede que produzca cierto vértigo, no cabe duda,
Quizá por la atracción que causa aquello que de algún modo sabemos que somos
Y en lo que tendemos a fundirnos. Que el universo esté constantemente en expansión,
Refleja de algún modo nuestras propias dimensiones: sin límites de espacio y tiempo.
¿Acaso la luz tiene esos límites?, y ¿no somos nosotros luz, luz consciente?

Nuestro cuerpo físico está hecho para distancias cortas en la tercera dimensión,
Y con sus cinco sentidos sólo se alcanza la luna. En cambio, el sol de nuestro corazón

Trasciende todas las separaciones. No lo olvidemos: somos uno con la realidad infinita.

miércoles, 28 de diciembre de 2016

TODO CUANTO BUSCAMOS FUERA ESTÁ EN NOSOTROS.


Buscamos felicidad. Dios es la felicidad.
Buscamos amor. Dios es el amor.
Buscamos comprensión. Dios es la comprensión.
Buscamos paz. Dios es la paz.
Buscamos entendimiento. Dios es la inteligencia.
Buscamos belleza. Dios es la belleza.
Buscamos abundancia. Dios es la abundancia.
Buscamos sabiduría. Dios es la sabiduría.
Buscamos plenitud. Dios es la plenitud.
Buscamos fortaleza. Dios es la energía.
Buscamos seguridad. Dios es el poder.
Buscamos vida eterna. Dios es la inmortalidad.
Buscamos despertar. Dios es la conciencia.

Y puesto que Dios es en ti como el ser que tú eres,
Nada de eso se ha de buscar fuera. Porque, en esencia, eso también eres tú.
Si no lo vivimos es porque, distraídos, nos hemos forjado identidades que no somos,
Y, luego, como lapas nos hemos pegado a ellas, con verdadera resistencia numantina.
¡Qué difícil resulta entonces reconocer nuestra divinidad
Y soltar, realmente convencidos, la idea de ser nuestro pequeño, diminuto y cascado yo!

Demasiado humanos, tanto que hemos creído ser sólo eso, humanos.
Pues no, ya es hora de reivindicar nuestra grandeza, no como egos, sino en la divinidad.
Nuestro futuro y el de la humanidad es necesariamente ese: reconocer nuestra dioseidad.

El humano busca fuera. Pero si ha Despertado se convierte en el Dios Plenitud-Amor.

PROBLEMAS Y DIFICULTADES. UNA OPORTUNIDAD PARA EL ALMA.


Un problema, de la clase que sea, es una invitación a que lo solucionemos,
Todo problema tiene su correspondiente solución. No existe problema sin solución.
Buscar soluciones y poner los medios adecuados es lo que nos hace crecer como almas.
Gracias a los problemas y las dificultades aprendemos, crecemos y evolucionamos.
No existe en nuestra dimensión existencia sin problemas, le son intrínsecos.
Problemas y dificultades son oportunidades y, por ello, algo deseable y positivo.
Ejercitarse en el hábito de la resolución de problemas nos hace madurar.
Madurar equivale a tener más y más disponibles nuestras capacidades de alma.

El sufrimiento no tiene por qué acompañar a los problemas.
El sufrimiento es un asunto de orden psicológico y mental. El dolor es otra cosa.
El sufrimiento señala lo que en nosotros necesita ser sanado, clarificado y trascendido,
También los apegos y dependencias, todas nuestras erróneas identificaciones.
A más rigidez egótica y menor contacto con nuestro ser mayor sufrimiento.
La iluminación y el despertar es el mejor antídoto contra el sufrimiento.

Creer que los problemas no forman parte de la vida significa no haber entendido nada.
Buscar una vida sin problemas es de necios. Quien lo hace pierde el tiempo y sufre más.
Cuando integramos los problemas en nuestra vida es como si estos dejasen de existir.
La vida completa es aquella en la que los contrarios se viven como complementarios.
Sin dificultades no habría crecimiento, sin crecimiento tampoco habría evolución,
Y sin evolución la vida del alma no tendría sentido.
Los principales problemas son: pasar del sueño al despertar, de la sombra a la luz,
De la muerte a la inmortalidad, de la persona al alma, y del el ego al ser.

La solución está en el despertar, la luz, la inmortalidad, el alma y el ser.

LA CONTEMPLACIÓN DEL SILENCIO


Uno hace algo tan sencillo como sentarse en una silla, o sin ella,
Y con los ojos cerrados observar, estar atento a cuanto acontece en su mente.
De donde surgen los pensamientos, los recuerdos, los problemas, los deseos,
Todo cuanto ahora mismo nos preocupa o nos inquieta, pero también lo trivial,
Y, por supuesto, nos damos cuenta de las sensaciones del cuerpo y de las emociones.
El secreto consiste en ser testigos de todo ello como si fuesen, de hecho lo son,
Cosas que van apareciendo sobre un fondo y también desapareciendo en él.
Entonces tratamos de estar atentos a ese fondo, a ese espacio que es una no cosa.

Siempre tras el fondo, el fondo desde el que todo surge, incluso nuestro mundo,
Las galaxias, el universo, todos los universos. Contemplamos el fondo, y lo soltamos,
Para ir incluso más allá, allí desde donde surgen todos los fondos,
A Aquello que todo los sostiene, incluso al hecho de sostener mismo.
Y nos dejamos desaparecer también a nosotros en él, a lo que de nosotros queda.
Entonces nos damos cuenta de que sólo hay Silencio-Conciencia-Luz. Lo Que Somos.

Y ese fondo luego se mantiene, acompaña, porque es Lo Más Real, lo que es.
Cuando andamos, cuando hablamos, en el metro, en todo momento, siempre está ahí.
Es una presencia silenciosa, no porque no haga o no contenga nada
Sino porque es el Ser mismo anterior a todo contenido, de cualquier clase.
Eso permite que el acto contemplativo se prolongue a toda nuestra vida,
Porque toda ella está envuelta, formada e inundada de y por ese Silencio,
Un silencio que es plenitud y gozo, que disuelve toda sensación de sufrimiento.
Vivir en esa presencia nos libera y hace que nos sintamos almas en libertad.

Volver ahí una y otra vez hasta vivirnos siendo unos en él. Esta es nuestra mejor tarea.

martes, 27 de diciembre de 2016

SIN "PECADO" CONCEBIDOS. NINGÚN DIOS SUPERIOR A DIOS EN TI.

El concepto de “pecado”, tan extendido en occidente dejó una huella muy profunda,
Nuestras maleables mentes lo interiorizaron muy dentro, y con él la sensación de culpa.
Ambos, pecado y culpa nos hicieron creer que no éramos dignos merecedores
De algo a lo que se llamó salvación, que hoy traducimos por iluminación y despertar.
En la vieja idea, esa salvación tenía que ser conquistada pagando un precio:
Arrepentimientos, penando y sufriendo. “Te ganarás el pan con el sudor de tu frente”,
“parirás con dolor”. Y, lo peor: la expulsión del paraíso.
Sobrevolando eso un Dios castigador y ángeles con espadas señalando nuestro destierro.
Lo más curioso: la descendencia humana naciendo bajo ese estigma de culpabilidad.
¿Pero de qué pecado se trataba?: haber desobedecido y ofendido a Dios. Vaya chasco.
Lógico que haya tantos ateos, renegados y hartos de semejantes bobadas.

El ser humano nace para revelarse contra todos los “dioses”, y afirmar su divinidad,
su Amor, Sabiduría y Poder interiores frente a los espejismos y mentiras que esclavizan.
No existe un Dios separado de ti que se ofende, ni que exija determinadas obediencias.
Tampoco tenemos una deuda kármica o pecado ancestral por el que pagar.
Nada de eso es verdad ni existe más que en mentes no adultas ni desarrolladas.
Sólo hay lo que en tu divinidad quieres que haya y en lo que asumes participar y jugar.

Somos dioses dormidos. Ninguna instancia por encima del Yo divino que somos.
La misma separación que experimentamos respecto a la Plenitud ansiada y a la Unidad,
Llamémosle también Dios, por lo que representa, no es real, sólo ilusión transitoria,
Una especie de sueño, una ilusión de los que salir; a veces un mal sueño, eso sí.
“Sin pecado concebida” se dice de María. De acuerdo, y todos también. Por supuesto.

El pecado, la culpa y un dios superior a Lo Que Eres son mentiras. Simplemente.

lunes, 26 de diciembre de 2016

CAEN TODOS LO PERSONAJES Y NACEMOS A NUESTRO SER REAL.


La ficha de una persona particular podría ser algo así como la que sigue:
Señor o señora tal, que nació en la ciudad equis, hijo o hija de….y de…,
Estudió ingeniería, o medicina, no sé qué otra cosa, o ninguna de ellas,
Trabajó o trabaja como enfermero/a, albañil, abogado/a, técnico informático, etc.
Se casó o no, tuvo o no tuvo hijos, aficionado/a a…, y a…Con respecto a sus creencias
Diríase que es creyente, ateo/a, agnóstico/a…Políticamente se sitúa en….
Su personalidad y carácter nos hablan de alguien que es así, asá, y con tendencias…
Más o menos la descripción iría por esos o parecidos derroteros.
Pues bien, este perfil que la persona de la que se habla se toma como propio,
Con matices, acotaciones y reservas, suele ser el modo habitual de identificación.

Pero ojo, porque la manera de tomarlo cambiaría radicalmente si viésemos de repente,
Que son muchísimas las fichas diferentes que a lo largo de nuestras muchas existencias
Podríamos haber rellenado sobre nosotros. En tal caso:
¿Con que descripción de todas ellas nos quedaríamos?, ¿la de rico, pobre, mujer,
Hombre, militar, sacerdote, prostituta, bandolero, artista, príncipe, ignorante….
¡El gran teatro del mundo!, y la vida como un sueño del que hay que despertar. Así es.

Hoy el alma asume un papel, luego otro, y otro, y otro…Y así vamos evolucionando.
Hasta que nos vemos como lo que somos: el ser espiritual que toma miles de personajes,
Para crecer con ellos e interrelacionando ayudar a otros a que hagan lo mismo.
Luego, todos los personajes pasan, todas las formas son transitorias y se desvanecen,
Pero queda lo más importante: nuestra conciencia de ser, nuestra identidad real.
A partir de entonces nos convertimos en conductores despiertos de nuestra vida,

Servidores de la Fuente, del Ser divino, origen de nuestro Amor, Sabiduría y Poder.

LA VERDADERA HUMILDAD. ES DIOS QUIEN ACTÚA SIEMPRE.


La Vida, llámale si quieres Dios, o Lo Que Es, es tan inmensamente Todo,
Que desde la dimensión activa de su Ser, un fluir continuo y dinámico de realidades
Como si se tratase de millones y millones de amaneceres, va volcándose a la existencia.
En incontables planos, en  innumerables registros de vibración e infinitos universos.
Así, dicho con la cortedad de unas palabras, que no alcanzan el poder de señalarlo,
La Acción de Dios se realiza. Siempre es Él actuando, y en su actuar cobran vida
Infinidad de seres que se convierten en sus manos, sus ojos, sus pies, su mente,
Su corazón, y un elenco aún mayor de medios que en nuestra ignorancia desconocemos.

Reconocer la grandeza de lo que ocurre desde detrás de cada existencia en su obrar
Nos conduce entonces a la única humildad posible, deseable y real,
La que surge de la comprensión de que es Dios quien actúa en mí y a través de mí.
Desde esa conciencia sabemos que lo visto de nosotros desde el exterior de nuestro ver,
Que es tomado por el actor verdadero de nuestra vida y de nuestras acciones,
Y al que tanta importancia le damos, tan sólo es un personaje.
Porque el luminoso actor está detrás, con el gozo y la sabiduría del mismo Dios.
Por eso, si busco a ese actor me voy a encontrar con Dios, nunca con un ego particular,
Y, lo mismo: si me busco a mí detrás de las bambalinas de lo que pensé y creí ser
Me daré de maravillosas bruces con el asombroso Infinito de lo que Es La Realidad.

Todo viene a ser como un juego de espejos, donde cada uno sólo muestra imágenes,
Que al ser tomadas por lo real nos privan de la posibilidad de conocer su Origen.
Pero, no importa, pues llega un momento en que el actor necesita regresar a sí mismo,
Cuando el telón se baja, y, entonces, ya sin sus ropajes brilla en su totalidad y su verdad.

También, al meditar, uno baja ese telón y encuentra lo que él es: Dios En él como Actor. 

CUANDO UNO CREE NO PODER MÁS EMPIEZA EL VERDADERO CAMINO.


El camino que uno recorre hasta encontrarse con su alma y con su ser
Tiene tramos fáciles, complicados a veces, y en ocasiones muy tortuosos.
El empecinamiento egoísta, la obcecación y la dureza de nuestros personajes
No hacen sino que el sufrimiento aumente y la salida desde la que ver la luz se retrase.
El regreso a la vía de la paz y de la felicidad pasa por contactar con nuestro interior,
De lo contrario, la lucha contra el exterior al que culpabilizamos de lo que vivimos
No hará sino resaltar nuestras heridas y retrasar la ausencia de soluciones.
Nadie es víctima ni culpable, ambas cosas son inventos y tretas del ego
Para justificar su pervivencia, su necesidad y, en definitiva, su modo de actuar.

Nadie hace nunca más de lo que puede y de lo que sabe, por más que nos obcequemos,
De ahí, que en ocasiones pensemos erróneamente que nuestra vida no tiene solución.
Pero los callejones sin salida son los que de verdad nos pueden llevar a Casa,
Porque, en nuestra indefensión, nos obligan a contactar con nuestra alma y con nuestro ser.
Cuando uno no sabe qué hacer hacia fuera, puede empezar a conocerse dentro de sí.
Es este el momento para el verdadero rendimiento a nuestra verdad interior.
Entonces empieza el trabajo del alma; antes todo fueron juegos preparatorios
para descubrir el propósito de nuestras vidas y llevarlo a cabo.

Por eso, si alguien piensa que ya no puede más y que sus expectativas sólo se frustran,
Al contrario de lo que parece, se halla en un buen tiempo. Está de suerte.
Porque, ante la evidencia de la debilidad del ego puede escoger, por fin, la alternativa
Del autoconocimiento, de la autoobservación y del regreso a su ser olvidado.
Así es como se inicia el nuevo camino, el del verdadero Amor hacia uno mismo,

El del Discernimiento y de la Acción recta. Eso nos ilumina y se expande a los demás. 

domingo, 25 de diciembre de 2016

CAER Y LEVANTARSE. REGRESAR A LA VERTICAL DEL SER.


Cuando a un monje le preguntaron sobre su principal trabajo en el convento,
Respondió que todo él, -o sea, su sadhana-, se resumía en dos cosas muy simples,
Y que todo lo demás era secundario: “caerse y levantarse”. Este era todo el programa.
¿Caerse?, sí, que es lo que nos ocurre cuando nos separamos de la conciencia de ser,
O dicho de otro modo: cuando nuestra atención no está en el presente.
¿Y levantarse?, pues justo al revés,  y consiste en regresar de nuevo al presente.

El Presente representa la Presencia del ser, cuando nos vivimos uno con la conciencia
En el amor y en la alegría de la acción realizada o de lo que acontece,
También en la inteligencia y sabiduría que subyace en ambas cosas,
Y a través de la energía y la fuerza que mueve esa acción o ese acontecer.
En el presente se vive nuestro ser como fuente de ese vivir y como el vivir mismo.
La práctica: regresar ahí constantemente y hacer de esto un hábito muy arraigado,
Para que la distancia entre ese Presente vivido y la ausencia de esa Presencia
Sea cada vez más corta en nuestras vidas, de modo que Presente y Presencia sean uno.

La apatía, el sinsentido, la falta de gozo, la depresión y el vacío en el corazón,
Pero también la dependencia respecto a lo que se hace o se tiene y los apegos,
Son algunas de las formas de manifestarse nuestro alejamiento conciencial del ser.
Delata eso mismo la ausencia de entusiasmo y de amor, el aburrimiento, etc.

La meditación, el centramiento, la oración conectada y consciente,
La atención sostenida, la observación con conciencia, la práctica del silencio, y otros,
Son instrumentos a nuestro alcance para regresar a la conciencia de ser.

Caer, levantarse. Estar en el presente o ausentes. Vivir, no vivir. Todo indica lo mismo

SACAR A LA LUZ NUESTROS “DEMONIOS” PARTICULARES


Vamos por la vida exhibiendo  o simplemente tratando de mostrar nuestra mejor cara,
En la que todo esté perfectamente ordenado, controlado y situado.
Así creemos funcionar bien, aunque las placas tectónicas de nuestro ego,
Con sus “demonios” ocultos, estén llevando una guerra sumergida por su cuenta.
Luego, pasa que suceden cosas inesperadas, reacciones inusuales y situaciones extrañas.
Ocurre con la pareja, el trabajo, las relaciones y la vida en general.
Y, todo, porque nuestra existencia es vivida de manera fragmentada,
Dejando en el desván del subconsciente todo lo que no queremos mirar, reconocer o afrontar.
Eso forma el mundo de nuestros “demonios ocultos”, demonios que salen a veces
Con independencia del manejo y sujeción que sobre ellos quisiéramos tener.

Por eso es tan importante la autoobservación, ese darse cuenta de lo que se vive
Y, en la medida de lo posible, también de lo que se vivió.
Que todo salga a la luz de nuestra conciencia y se aireen nuestros rincones oscuros
Para que nuestra vida sea realmente una y no un espacio de lugares vedados.
Concienciar, observar e iluminar cuanto hay y se presenta en nuestro vivir,
Para que no existan obstáculos o puertas que obstruyan el paso a la pura conciencia de ser,
ni eviten así que nuestra manifestación sea transparente, limpia y sin doblez.

Las situaciones emocionalmente explosivas, las salidas de tono
Y todas esas “anomalías” que uno no quisiera ver manifiestas en su cotidiano vivir,
Son inmensamente oportunas para que, viéndolas y comprendiéndolas, podamos crecer.
Pues, todas ellas, vienen con un mensaje y una lección que deben ser conocidos y aprendidos.
El valor de los problemas está en la oportunidad que nos ofrecen de encontrar luz y salidas.

Siendo la salida óptima aquella que eleva nuestra conciencia de ser y nuestra actitud para amar. 

sábado, 24 de diciembre de 2016

LA CREATIVIDAD. SOMOS MANANTIAL Y FUENTE.



Nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestra alma y todo nuestro ser
Son un inmenso medio, un instrumento y un cauce escalonado
A través del cual el Océano y esa Matriz sin fondo y sin límites, de Luz y de Amor,
De Potencia, Sabiduría y Gracia que es Lo Inabarcable Divino
Abre su Corazón y su Mente para que su potencial creador se haga realidad,
Plasmándose así en las infinitas formas, los infinitos seres y las infinitas expresiones
Que cada chispa divina, en cada individualidad, asume verter y compartir.
Esta es en esencia la verdad de la creatividad en cualquiera de sus manifestaciones.

Existe un Silencio creador desde donde todo se gesta,
Entrar en contacto con él de un modo consciente implica reconocer la Fuente,
Y eso mismo ya es inmensamente transformador para quien asume la función creadora.
Saberse Luz, Amor, Sabiduría, Armonía, Ritmo, Color, Orden y Belleza vertiéndose
Es un acto de reconocimiento de lo que es nuestro propio Ser, -no del pequeño ego-,
Que es un fiel reflejo de la Totalidad Creadora y Divina.
Cuando esto se hace autoevidente en una conciencia particular
Un alma se Realiza y despierta a La Realidad Que Es.

El auténtico creador, y el Sabio como el Artista, el Poeta y el Filósofo
Como también el hombre o mujer de Acción lo son, cuando se abren a la Fuente
Representan la avanzadilla de lo que supone traer la vida divina sobre la Tierra,
Misión que todos tenemos que llevar a cabo desde nuestros puestos e individualidad.
La filosofía, la mística, la poesía, el arte, así como la acción transformadora y creadora
En cualquiera de la diversidad de sus vertientes y manifestaciones

Son la Luz, el Amor y la Energía divinas volcándose en los seres sedientos de Plenitud.

PERSONAS MAYORES EN FASE CASI TERMINAL Y LA NUEVA VISIÓN


Voy de visita a un centro para personas mayores, paso la mañana con ellos.
En la sala hay personas sentadas, unos en sus sillas normales, otros con ruedas.
Esta noche es Noche Buena, aunque ellos en su mayoría están como ajenos a todo.
No reflejan alegría, pero tampoco tristeza del todo, aunque quizás sea más duro que eso.
Parecen taciturnos, ausentes, y con despago tal vez, de ver que cuanto tenían se les fue.
Ahora puede que no tengan claro ya ni lo que son ni para qué están aquí.
Así que, da la impresión de que sólo esperan y de que se hallan en la antesala de algo;
Mientras tanto dormitan, apenas hablan, sueñan o les alimentan.
En otros momentos, su mirada desvaída queda fija contemplando la misma ausencia.

La escena, melancólica, muestra crudamente la fragilidad de nuestras existencias
Cuando de ellas se ha extraído su dimensión luminosa, de amor y de conciencia,
Ya que entonces realmente todo se queda en nada, en un sinsentido.
Mientras tanto, unas monjitas les servían, no a “ellos”, sino al Cristo que sí son ellos.
Sólo eso podía explicarme su alegría, la de estas mujeres recordándoles algo que,
Al parecer, casi todos los internados no sabían, olvidaron o jamás creyeron:
Que sí son verdaderos Cristos, o sea: seres divinos, potencias reales de vida y amor.
Envejecer, sin saber que no somos el envejecimiento, ni la enfermedad o el dolor,
Ni la decrepitud de una máquina de carne ajada y órganos desvencijados,
Sino seres perfectos y almas eternas jugando con el tiempo y sus personajes
Eso es muy duro. De ahí la urgencia y la necesidad imperante de Despertar,
De salir del letargo de ser almas dormidas atadas a la ilusión de lo impermanente.
Ya es hora de traspasar las corazas de toda tristeza ver el rostro glorioso de nuestro ser.
Somos almas, no cuerpos. Somos espíritus. Somos exploradores del infinito.


LOS OTROS, ALMAS DIVINAS, ESPEJOS NUESTROS


Sin los demás no existiríamos como almas
Ni nuestro propósito particular en la vida se podría llevar a cabo.
Sólo existimos en la medida en que juntos y de forma entrelazada
Posibilitamos y potenciamos nuestra realización individual y colectiva
Dentro de este inmenso y variopinto teatro que es nuestro mundo.
Yo soy porque tú eres, y tú eres porque yo soy. Así de simple y de real.
No es posible un yo sin un nosotros, por eso formamos una unidad inseparable.
Todos los seres individuales son los infinitos rostros que toma nuestro ser,
Y nos muestran las fracturas, rechazos o integración que existe en nuestro interior.
Los otros son el espejo en donde nos podemos ver reflejados y gracias al cual crecemos.

Como nos relacionamos con los demás es como nos relacionamos con nosotros mismos,
Y cuanto hacemos a los demás es a nosotros mismos a quienes se lo hacemos,
Por eso: cada rechazo, negatividad o acto de desamor que proyectamos fuera
Levanta una barrera y produce un rompimiento en nuestro corazón.
No es posible un crecimiento espiritual real sin una integración en nosotros de cada ser
Y sin un reconocimiento de su divinidad.

Todos somos almas divinas disfrazadas con infinidad de formas y vestimentas.
Por eso, nadie es más que nadie, y tampoco menos que nadie.
En ello radica la verdadera humildad.
El Despertar espiritual nos abre los ojos a nuestra divinidad  y a la de los demás,
No percibirlo nos pone delante el grado de nuestra ceguera y egoísmo
Así como lo lejos que aún estamos de nuestra realización.

Dios es Amor. Nuestro Ser es amor. Y reconocernos como Ser Amor es nuestro destino.

viernes, 23 de diciembre de 2016

UNA FORMA DE MEDITACIÓN


Me siento en una silla cómoda, en lugar silencioso y calmo,
Donde sé que nada exterior va a molestarme ni a interferir,
Nada más necesito, sólo a continuación cerrar los ojos, simplemente,
Y respirar, tranquila y acompasadamente, sin esfuerzo alguno.
Fijo luego mi atención interna ligeramente hacia arriba, nada más, sólo eso.
Y la Luz o el Amor o Eso divino desciende, te abarca, te llena,
Y uno entonces permanece ahí, sin hacer nada, gozando solamente,
Y permitiendo que Aquello que se experimenta actúe y lo haga todo.
Por eso, lo que haces en todo momento es dejarte confiadamente en sus manos.

En un tiempo los pensamientos y líos mentales eran muchos,
Pero todo eso va pasando y lo que queda es, cada vez más,
La desnudez de Eso, la Alegría y el Gozo de Eso. El descenso de Eso.
(Así que, mi consejo es que si hay revuelo mental no hay que preocuparse,
Darse cuenta de ello, sin luchar, y abiertos, que es lo único importante,
A Lo Superior, a lo que se intuye, y Eso se irá viviendo, poco a poco)

La experiencia del Ser, de lo divino en uno va así empapándonos,
Impregnando toda nuestra realidad, que va despertando a Lo Que Es.
Nuestra conciencia se hace así autoevidente y se vive una con ello
Y entonces el sentido de nuestra identidad se expande, cambia,
Porque vamos naciendo a la realidad de que la Conciencia, Dios, Lo divino,
Eso, es lo que yo soy, lo que tú eres, lo que todo es.
Y continúas ahí, sin hacer nada, sólo a merced de lo que acontece,

Entregado, amando y dejándose amar, siendo, más y más tú mismo.

ME APASIONA HABLAR DE DIOS Y SOBRE DIOS


Es mi tema favorito, aquel que de verdad me interesa y me hace sentir bien,
Es el asunto que lo llena, abarca, abraza y contiene todo,
El que, en definitiva, me inunda de existencia, de luz, alegría y gozo.
A Dios lo siento, lo noto, lo experimento, me envuelve y me es.
En realidad, no puedo ni siquiera entrar o salir en Él o de Él
De tan yo mismo que es, de tan el mismo que soy. Y esto no son palabras.

Si se aparta de mi desaparezco, se oculta todo sentido y me pierdo
Y si siento cómo Él es en mí entonces me hallo en la plenitud de mí.
Porque Él es mi esencia, mi ser, mi realidad, lo que yo soy y mi todo.
Lo demás, mis muchos yoes y egos, surgen y veo cómo aparecen en Él.
Me encuentro y más me reconozco cuanto más me experimento
Me acerco y me veo en Su realidad, que es mi esencia y mi única verdad.

En Dios todo se ilumina y vivifica, todo se vuelve vida
Incluso lo inerte y todo el mundo de la materia, hasta una simple piedra.
Y es esa Vida la que sobresale, unificando la infinidad de objetos, seres y formas,
En lo único que Es, siendo entonces Dios Todo en Todo.
De esa manera, todo se comprende, desde dentro de la realidad misma,
Y la enormidad de preguntas que la racionalidad hacía, se evaporan,
Quedando sin relevancia ni sentido; ya que, sin responderse, están ya resueltas,
Incluso las más aparentemente difíciles o complicadas,
También las más metafísicas. Es así de sencillo, de escandaloso y de simple,
Tanto que, por eso mismo, parece poco  o nada real e inviable. Pero no es tal cosa. Al contrario.
Porque lo cierto, que aún molesta a los “racionalistas”, es que sólo Dios es la Respuesta