lunes, 20 de agosto de 2012

EL EGO ES UN MEDIO Y UN INSTRUMENTO PRECIOSO, NECESARIO Y UTIL A NUESTRO SERVICIO. LOS PROBLEMAS VIENEN CUANDO LE DAMOS UN PAPEL Y UNA RELEVANCIA QUE NO TIENE.

Creo en la realidad funcional y positiva de mi ego, también en sus limitaciones, así como en la necesidad de trascenderlo integrándolo.

El ego forma parte de nuestro bagaje humano,
Es un instrumento y un medio necesario para que la conciencia
Y todo nuestro potencial se desarrollen y expresen
En y a través del mundo de la materia y de los cinco sentidos,
Y siempre que nuestro ser se sirva de las formas y de los nombres
Para comunicarse a través de una identidad externa,
Sea en un mundo físico o espiritual.

Nuestro ego es nuestro referente necesario para nosotros y ante los demás,
Es un constructo en torno al cual nuestra mente, nuestros sentimientos
Y también nuestro cuerpo se configuran formando una identidad concreta.
Todos nuestros pensamientos, nuestros recuerdos, nuestra memoria,
Lo que creemos de nosotros mismos o del exterior, también nuestra inteligencia,
Nuestro razonar, así como el modo de reaccionar y de sentir,
De crear y vivir forman nuestro ego.

Quien no tiene un ego claro, equilibrado, definido y armónico
Carece de una de las bases para el normal funcionamiento allí donde esté.
Sirve para situarnos y que los demás a su vez se sitúen ante nosotros.
El ego es una creación fundamental y necesaria de nuestro ser,
Un medio y un instrumento irremplazable a nuestro servicio.

Aquel que no tiene construido su ego es un pre-ego, alguien indefinido,
Una persona inmadura desde el punto de vista del desarrollo.
La persona pre-ego vive aún en una especie de nebulosa sin anclajes reales,
Es abstracto, nada o muy poco funcional, no sabe relacionarse, ni es práctico.
Hay pre-égos llenos de ingenuidad y real ignorancia, sencillamente inmaduros,
Estos por lo general son buena gente, no ven más, no han crecido.
Los peores son los que entornan los ojos, los “espirituales”
Aquellos que van de ignorantes o humildes sin creérselo en sus adentros.
Parece que quieren aprender y dicen que buscan un extraño “conocimiento”
Pero vomitan todo lo que les viene de fuera.
Se parecen más bien a los tibios del Evangelio, tan difíciles de que cambien.

Rechazan toda clase de compromisos, carecen de objetivos y de sentido,
Se mueve más bien entre vaguedades y sólo valoran lo “puro”,
Lo “no contaminado”.  Por eso practican una especie de angelismo inconsistente,
Y de espiritualidad pseudomística, sin núcleo, poco real.
Su amor es muy universal, aman a todos, dicen, o sea a casi nadie,
Por eso son tan críticos con cualquiera que se les pone por delante.

Algunos pre-ego de entre estos últimos buscan, dicen, fusionarse con el Todo
Lo que en su caso significa en realidad huir de todo,
De todo lo que sea vida, cuerpo, mente, integración, interrelación, responsabilidad
Y, en definitiva, de cuanto suponga trabajo, esfuerzo, lucha, constancia y transformación, tanto individual como social o colectiva.
Practican un buenismo adanista que no refleja lo que parece
Sino el autorrechazo inconsciente hacia la dimensión humana de sí,
De su cuerpo, de sus debilidades y limitaciones,
En el fondo carecen de un profundo amor hacia ellos mismos.

El pre-ego se mueve dentro de una sutil mentira sobre su identidad real
De la que ignoran u ocultan casi todo, también del mundo y de los demás.
Añoran el estado del Edén paradisíaco y de la vida prenatal oceánica,
Donde quisieran estar, bien recogiditos y protegidos
En el líquido amniótico del vientre materno, nutriéndose del amor sin exigencias,
Aquel que no les lleva a tener que dar ni aportar nada.

La gente pre-ego en el fondo no desea crecer, son eternos adolescentes.
Su punto más débil y del que huyen como quien ve al diablo
Es el de tener que enfrentarse con su propia “sombra”, o sea
Sus miedos, frustraciones, carencias, rabias, deseos reales, odios, resentimientos…,
Por eso se empeñan en mostrar sólo una cara de sí mismos, la “pura”,
Ignorando que así se apartan cada vez más de Lo Real que lo une y abraza todo.

Curiosamente la gente pre-ego rechaza ante los demás el ego
Del que hablan mal, hasta el punto que dicen que hay que “matar al ego”,
Un ego que ni siquiera o apenas conocen y del que lo ignoran todo,
Sobre todo su utilidad, sentido y papel en el desarrollo humano.

Como son incapaces de reconocer su propio poder interior
En ocasiones rechazan también todo poder y autoridad externa
En nombre de una libertad que nada tiene que ver con la libertad real
Porque lo único que reivindican es la de ellos mismos en el centro de toda acción.
Otros, en cambio, prefieren fusionarse con los más fuertes y autoritarios.
En ambos casos reflejan lo mismo, o sea, la ausencia de un centro y un ego adulto.

Muchos pre-egos vemos que lo son sólo de apariencia
Porque en el fondo tienen un ego gordísimo, infladísimo,
Pero al que no reconocen, ni ven, ni quieren ver pues resulta demasiado humano
Para ellos que se han de presentar como puros, limpios, santos, beatíficos…
Pero la realidad cotidiana más pronto o más tarde les va poniendo en su sitio,
Aunque no sea fácil, nada fácil, entre otras razones porque su orgullo se lo impide,
El orgullo que surge precisamente de su falta de identidad consciente,
Que es la raíz y el origen, la explicación de todo su problema,
Una identidad a la que más pronto o más tarde se tendrán que enfrentar.
Pueden muy bien ser kamikaces bajo el manto seráfico franciscano,
Aunque claro está, ellos, nunca lo reconocerían.


Por otra parte se halla el ego real, identificado y reconocido, el adulto
El que nos pone delante nuestros temores y deseos, también nuestras capacidades,
Todo el bagaje de positividades y negatividades que llevamos en nuestro haber.
Nos coloca ante nuestra humanidad plena, entera, no fraccionada, desnuda,
Lo blanco y lo negro, la luz y la sombra, lo agradable y lo desagradable,
Lo odiado y lo amado, lo demoníaco y lo unitivo, la inmanencia y la trascendencia,
El sufrimiento y la felicidad, la esperanza y la desesperación,
Lo considerado como puro y lo tenido por impuro,
Nuestra capacidad y nuestra impotencia.
Nada hay más sano que reconocer nuestra totalidad y andar con ella, abrazarla,
Sólo así podremos amar al mundo y a los demás de verdad
Y sólo así reconoceremos el gozo de la unidad en nuestro ser.

Aceptar, reconocer y amar nuestro ego con todas sus aristas, ángulos y recovecos
Es el principio de la salud mental, pero también del verdadero crecimiento.
Sólo quien conoce y ama su ego es capaz luego de trascenderlo sin negarlo ni matarlo, simplemente dejándolo en su sitio, en su función.

No se puede aceptar nuestro ego sin conocer, reconciliarnos y amar
Todo nuestro pasado, sin excluir nada.
El ego adulto ve en todo motivo y ocasión para aprender y crecer,
Hasta de lo más difícil y doloroso.
El ego adulto asume la responsabilidad de su vivir, no busca culpables fuera
Sino su capacidad de respuesta y de transformación desde dentro de sí.

Cuando se va viviendo la vida así nuestro saber crece,
Vamos adquiriendo maestría en nuestro existir,
Y poco a poco vamos reconociendo también los límites y escasa consistencia
De muchas cosas en las que nos apoyábamos antes;
Es así como vamos descubriendo también el papel real que nuestro ego tuvo
Y el papel equivocado que le otorgamos;
Nosotros viciamos al ego, lo distorsionamos y le dimos un papel que no era el suyo
Porque nos convencimos de que el ego era nuestro ser real,
El todo de nosotros mismos, la fuente y causa de nuestra felicidad,
De nuestro saber, de nuestro poder.
Hicimos de él un fin cuando su papel era y es el de medio.

Las luchas, las contradicciones y frustraciones, los sinsabores,
Tanta caducidad y la misma muerte como amenaza para todo lo transitorio
Empezó a mostrarnos la tremenda fragilidad de nuestros apoyos
Hechos de apariencia, fama, poder, formas, identidades que pasan, hábitos,
Señoríos, posesiones, referentes externos de todo tipo,…
Productos del ego al fin y al cabo.
Y empezamos a ver que el ego no estaba para darnos felicidad
Sino para que a través de él la expresáramos,
No estaba para darnos paz y plenitud
Sino para que con su servicio la compartiéramos.

Descubrimos al fin que nuestro ego no era nuestro ser
Ni nuestra identidad esencial, vimos sus pies de barro y su caducidad,
Comprendimos que haciendo de él un ídolo nos enterrábamos con él,
Y así nació el necesario desencanto, la desilusión,
La crisis de una vida vivida desde el ego y para el ego,
Una vivida que por vivirla así se encontraba de espaldas a nuestro origen,
A la fuente desde la que emanaba todo lo que con el ego plasmábamos.

Vivir, disfrutar, gozar, crear, construir, transformar, expandir, inventar…
Sí y mil veces sí, porque la Vida empuja y es en todo eso,
En un mundo del ego con su cuerpo, con su mente y con su energía,
Pero sabiendo que la Fuente es profunda y se halla en el ser,
En el corazón de nosotros mismos.

Intuyendo el Fondo, presintiendo el Manatial que se esconde detrás de todo eso.
Entonces es cuando ya  nos podemos abrir a la trascendencia, a Lo Superior
Que no es “otra cosa” contraria a la anterior, sino una dimensión  más profunda
Más sutil y abarcante, no caduca. Es la realidad del Trans-ego,
La realidad de lo transpersonal, del Espíritu, en cuyo seno se halla también el ego
Pero iluminado, transformado, centrado, unificado.

El ego maduro más pronto  o más tarde siente el impulso y la necesidad
De buscar, descubrir y sentir su Ser Real, aquel que sustentaba al ego
El Foco Central de nuestra Identidad, y no la identidad parcial y funcional
En la que tantas veces nos habíamos refugiado.

En este punto el ego de siempre acogido por nuestro Ser se pone a su servicio,
No lo matamos como algunos erróneamente dicen sino que lo acogemos;
Desde entonces ya contamos con un nuevo aliado, nuestro ego iluminado.
Y a partir de ahí la nueva vida, no de espaldas a la realidad
Sino creándola con todos los medios y posibilidades que nuestro ego da,
Pero con la inteligencia y la sabiduría,
El amor y el gozo, la energía y el poder que vienen de la Fuente,
La única protagonista, el verdadero hacedor, nuestra identidad de verdad.
 

viernes, 10 de agosto de 2012

Creo, siento y percibo que mis estados de ánimo son igual de superficiales como superficiales son las olas del mar Y que debajo de ellos lo que existe es un océano de paz y bienaventuranza.


Como nubes del cielo así pasan delante de lo que yo soy
Los pensamientos y las emociones, las sensaciones y los sentimientos;
Los puedo ver, darme cuenta de ellos
Y hasta puedo mezclarme y confundirme con lo que son
Como cuando uno se pierde y olvida de sí
Al ser envuelto y arrastrado en medio de un torbellino de bravas olas
Que rompen fuertes en la playa cuando el mar no está en calma.

Ahí están los pensamientos más o menos activos,
A veces muy sutiles, casi callados, con las cargas emocionales que alientan,
Y uno notando sus efectos que colorean todo cuanto ven;
Pensamientos a veces de temor, de duda, de inseguridad
Con sus respectivas ansiedades, sus tristezas, miedos o melancolías,
O, por el contrario, si aquellos son más venturosos,
Con sus alegrías, optimismos y contentos.

En ambos casos pensamientos
Y en ambos casos emociones o sentimientos.
Pero yo siendo siempre el mismo,
Aquel o aquello que yo soy y que hace posibles
A ambos tipos y clases de pensamientos con sus reacciones.

Porque yo soy en el corazón de mi ser
Un centro de Poder que en sí mismo es verdadera Fuente de Plenitud y de Vida,
Un centro en donde lo que existe no son las reacciones emocionales o sentimentales
Sino la Alegría, el Amor, la Inteligencia y la Energía puros,
Independientes de objetos, circunstancias y pensamientos.
Ese centro es a su vez Consciencia también pura, sin objeto.
Hay que ser muy hábiles para que la mente no nos atrape
Y muy despiertos para que las emociones no nos arrastren
Ni nos alejen de lo más real de nosotros, de ese centro.
No es fácil cuando aún se cree tanto en la realidad de nuestro ego,
Es dificultoso cuanto menos hayamos conectado y vivido
La paz, la serenidad, la alegría, el gozo y la plenitud de nuestro ser.


Creo que la vida es perfecta, sin errores en su manifestación y que siempre estamos en el momento, circunstancia y con las personas adecuadas.


Todos los colores y todos los matices
Se hallan en la “paleta” de la Vida Una,
También todas las posibles formas y los infinitos temas
Ninguno de los cuales deja de expresar la sabiduría y el ingenio
Del Artista-creador que los produce,
Así es como nos encontramos con la variedad de matices
Que dan lugar a los mundos, circunstancias, situaciones, ambientes, individuos, etc. que se pueden distinguir y contemplar, tan diferentes y distintos, tan antitéticos y aparentemente irreconciliables a veces en su diversidad:
Maravillosos, sorprendentes, bellos, amables, agradables, pero también en ocasiones repulsivos y repelentes, incluso horribles o detestables.

Pero la Vida que late detrás de todo es siempre la misma,
Así como la intencionalidad que los dirige e impulsa.
En esto no hay excepciones, ni errores, ni despistes,
La Vida sabe y por eso todo expresa un orden, una armonía, una bondad, belleza e inteligencia que no porque se nos escape o no sepamos apreciar no está presente.

El universo si algo no tiene es uniformidad, igualdad, repetición o monotonía,
Más aún, en el mundo de las formas, de los pensamientos y de lo que cambia
Cualquier identificación de la belleza, bondad, inteligencia o verdad
Con objetos, circunstancias o personajes es una proyección equivocada
Que más tarde se nos devuelve por la vida misma en su cruda realidad.
“Nunca volveré servir a señor que se pueda morir” fue la expresión
Que dijo S. Francisco de Borja ante el cadáver de su señora.

Todo lo que cambia y, por lo tanto, más pronto o más tarde perece
Es tan solo un cadáver en potencia,
Y un cadáver en potencia no puede nunca ser la verdad, la bondad  o la belleza,
Pero en cambio sí esconder detrás, en el fondo,
El amor-felicidad-gozo, la inteligencia-sabiduría y la energía-fuerza y poder
De la Vida Una.
Todo lo que no sea eso en sí, más pronto o más tarde nos va a frustrar,
Tal y como de hecho ocurre.

La perfección de la vida y por lo tanto su belleza no reside en ninguna clase de Apariencia, pero también hay que decir lo mismo al revés, es decir,
La apariencia de imperfección y de injusticia tampoco expresa
Que exista allí una equivocación de la Vida Una.

Ciertamente que nos cuesta aceptar o comprender esto.
¿Cómo reconocer que detrás de un asesinato, una tragedia natural o humana
Pueda esconderse la perfección del Ser, de Dios o de la Vida expresándose?,
¿Cómo estar de acuerdo en que una situación de paro laboral,
El desahucio de una casa, una separación no deseada,
Una enfermedad grave, un conflicto familiar, una discusión vecinal
O la imposibilidad de poder acabar un mes por falta de recursos económicos
Pueda ser una situación perfecta?
Pensar así, es una locura, una perfecta locura…¿o tal vez no?

Hay dolor en todo esto, cierto, hay sufrimiento, sin duda, así suele ocurrir.
Pero miremos ahora con perspectiva, con una cierta distancia y no “en caliente”,
Miremos el movimiento profundo que se esconde detrás de las cosas,
Entreveamos la Vida con sentido y sabia expresándose detrás de las apariencias
Y preguntémonos a donde nos llevó tal o cual experiencia dolorosa,
¿Qué es lo que aprendimos, qué desarrollamos,
Qué pudimos comprender, corregir y trascender como individuos o como grupo Humano?
¿Acaso sabemos de algún conocimiento que no se haya adquirido
Después de experimentar y probar, después de sentir satisfacción o sufrimiento?

La perfección de algo no se puede medir con los patrones del gusto o disgusto,
De si es agradable o no,
La perfección de algo la da el sentido de lo que se esconde detrás de su apariencia,
De aquello hacia lo que la Vida Una nos lleva
Aunque a veces sea por caminos aparentemente tortuosos o aparentemente injustos y repelentes.
Suele ocurrir que mientras se transitan los caminos de la existencia esto no se ve,
Sólo se conoce cuando se ha ido más allá de las noches oscuras
En las que a veces entramos
Y también cuando se ha podido ver detrás de todo este entramado
La claridad de la Luz, la verdad y la realidad del Ser que somos
El cual es inafectable por el fuego, el frío, el color y cualquier apariencia.

No se puede ver ni comprender nada de cuanto hemos dicho
Si no nos abrimos a reconocer y aceptar
El hecho de que nuestro existir no se circunscribe ni limita
A ninguna circunstancia determinada, ni siquiera a una existencia única.

Sólo desde la intuición o visión de que nuestra vida
Trasciende cualquier fragmento particular de historia personal o colectiva,
Y de que nuestra aventura como almas en evolución es infinita,
Abarcando todas las posibilidades de manifestación y experimentación,
Se puede empezar a entender esto, de otro modo es casi imposible.

Creo que darle al ego y sus expresiones un poder que no tiene es el origen de todo nuestro sufrimiento. Retomar el poder que le hemos entregado al ego es nuestra tarea esencial.


El ego es una construcción físico-mental
De la que nos servimos para vivir de forma segura, adaptada y protegida
En un mundo que se percibe como nada estable y, a veces, amenazante,
En donde los demás, desde su óptica,
Suelen verse como seres separados, distintos esencialmente de nosotros,
De los que defendernos o con los que competir
Y, algunas veces, incluso, con los que combatir.

Uno de los inconvenientes que tiene el ego es que todos los elementos de que consta
Son caducos, cambiantes, relativos, pasajeros y accidentales.

El ego en sí no es malo, incluso es útil y necesario,
Siempre y cuando sea un instrumento alineado con nuestro ser esencial,
Es decir, cuando esté al servicio de nuestra expresión
Como seres creativos que hacen de la vida un medio de expresión
De las infinitas posibilidades artísticas, culturales, científicas, organizativas, intelectuales, lúdicas, etc. que poseemos.

Lo malo del ego se da cuando sus creaciones desvían nuestra atención
Del fondo que las crea y convierte a nuestras manifestaciones egóticas en ídolos.
Entonces el ego nos aparta de nuestro verdadero centro, de nuestro ser,
Y hace de las creaciones materiales y formales, del tipo que sean,
El objeto absoluto en sí de valor, interés y casi de adoración.

Son creaciones del ego o de las que se sirve para autoalimentarse
O de las que servirse, el poder, el dinero, la sexualidad, la fama,
Las posesiones, la apariencia, los títulos, las organizaciones etc.,
Todas ellas se convierten en espejismos cuando nos ocultan la mentira
Que encierran y se convierten en cambio para nosotros
En la fuente única de felicidad, plenitud, alegría, amor y seguridad que no son.

En tal caso y en ese sentido decimos aquí
Que a los productos del ego les hemos otorgado un poder que no tienen,
Un poder falso, engañino, manipulador, egoista y mentiroso.
El ego así visto y entendido se sustenta no sobre la verdad de lo que es
Sino sobre la adulación, la apariencia, las expectativas que no puede satisfacer,
Y las ilusiones vanas.

La persona que no ha visto ni sentido cual es la fuente de su poder,
Un poder que nace de nuestro interior y que se conecta con la Fuente Original
De la que todo poder es una emanación, se convierte así en un esclavo
De los falsos poderes que las manifestaciones egóticas ofrecen.

El verdadero poder estriba en la conexión que uno sabe que tiene
Y que somos capaces de experimentar con la Fuente de todo ser,
De donde procede la energía, la fuerza, la felicidad, el amor, la inteligencia,
La sabiduría, la inmortalidad y la plenitud que todos anhelamos y buscamos.

Cuando hemos visto el sufrimiento que se experimenta y recoge
Por seguir a los falsos poderes del ego al margen del ser
Y hemos vivido la frustración y amargura que ello produce,
Tenemos entonces la oportunidad de volver la mirada al real y verdadero poder,
El Poder que nace de la Fuente de la Realidad que no defrauda
Y de la que existe un manantial vivo en cada individuo;
Es así como nos damos cuenta de que hemos transferido y entregado un poder
A algo que es pura apariencia, en lo que nos alienamos y donde nos perdemos.

Al descubrir esto queremos retomar el poder que nos pertenece y entregamos,
Ese poder que vendimos por el plato de lentejas de la inmediatez ciega
Que sólo buscaba cubrir el fácil confort, la importancia personal
O determinados vacíos expresión de carencias e insatisfacciones interiores.
Y comenzamos a partir de ahí el camino a casa, el camino de la verdadera libertad,
Porque a partir de entonces ya no deseamos ser más peleles o muñecos
En manos de nada ni de nadie, y menos de ídolos de cartón piedra o barro.

Nosotros, fuente de alegría, de paz y de felicidad, esto es lo que ahora reconocemos,
Porque ya hemos descubierto que la Fuente de todo Poder está en nuestro interior,
Una Fuente que a su vez se nutre de la Fuente Una,
Del Poder del Ser, de Lo Que Es, La Realidad Suprema o Divina, Dios.
Cuando se ha llegado aquí nuestro ego queda integrado y al servicio de nuestro ser,
De nuestra creatividad consciente. Lo dirigimos. Somos su señor, no sus esclavos.

Creo que soy un ser libre, el dueño de mi existencia, el responsable único de mi vivir.


Realizo el plan de mi alma día adía, momento a momento,
Y en cualquier circunstancia,
Sea esta agradable o no, fácil o difícil.

Todas las personas
Que de un modo u otro entran a formar parte de mi vida
Son mis colaboradores, a la vez que yo lo soy de ellos,
Para que esto se cumpla.

Por eso siento, creo y sé que siempre estoy en el lugar adecuado
Y en el instante precioso para que lo que se tenga que dar se dé.
Este instante me lo trae todo, y a este instante me he de entregar
Para sentir, expresar y vivir Lo Divino en él,
De la forma más creativa, inteligente, amorosa y viva que yo sea capaz.
Esta es la razón de toda existencia.

Y este es mi propósito fundamental,
Muy fácil de descubrir y ver cuando sé que todo me está interpelando
Constantemente,
Que nada me es ajeno,
Porque todo forma parte de mí

Las demandas que la Vida quiera plantarme vienen solas
Y las respuestas si son totales también.
Buscar fuera de nuestro aquí y ahora es una quimera
Y enredarnos en las dudas una pérdida de energías;
Todo surge a su debido tiempo,
De todo lo que necesitas para dar el siguiente paso dispones ya.

Por eso creo que tengo que amar lo que tengo
Y fiarme de mi intuición que es la voz de mi ser
Para guiar mis pasos y tomar decisiones.
Sé que acierto cuando siento paz.

En el sentir profundo de uno mismo siempre se sabe
Lo que se tiene que hacer y lo que no;
Querer ir más allá de eso es caer en los enredos del ego
Que para sentirse bien siempre precisa de “otra cosa”.
Los caminos del ego nos traen sufrimiento.

Creo en la Fuerza de nuestra Voluntad consciente para la realización de nuestro sentido y propósito en cada encarnación.















El impulso real y básico de la vida en nosotros
Orientado con sentido y para realizar determinados propósitos
No se mueve de manera ciega y caótica,
Detrás de él se halla la Fuerza de la Voluntad Consciente.

La voluntad consciente o deseo de Ser a través de la realidad manifiesta
Es la que le da a la existencia originalidad, imprevisibilidad y creatividad.

La voluntad consciente para ser el potencial que anida en nosotros
Es la que imprime el carácter de libertad a nuestras decisiones.
La voluntad como impulso consciente para la realización
Es una fuerza autodirigida desde el fondo de nuestro ser.

Esta voluntad es la que marca las cadencias, ritmos y características
De cada existencia.
La Fuerza de la voluntad varía en cada individuo
Y depende de su nivel de desarrollo y claridad de percepción y conciencia
Respecto a los objetivos a alcanzar,
También depende de la independencia interior alcanzada respecto a las dificultades que se nos puedan plantear,
Así como del arraigo que uno tenga con su poder interior
Que proviene de nuestro ser y que es la verdadera fuente de toda realización.

No existe nada ni nadie con autoridad real para dirigir nuestra existencia,
Ningún dios, ninguna fuerza misteriosa u oculta hace la vida por nosotros.

Cuando se habla de la voluntad de Dios
No se habla de una voluntad ajena a nosotros mismos,
Sino de la voluntad soberana de nuestro yo superior
A través de la cual se expresa y manifiesta el Dios En Nosotros
Que es lo que somos.

Como somos seres totales en los cuales toda la realidad del universo está presente
Desde el reino mineral, el animal, el ser mental y el ser espiritual,
Nuestra voluntad se puede mover dentro de todo ese espectro de realidades
Dando lugar mientras todas esas voluntades parciales no se hallan bien alineadas e integradas
A la posibilidad de que alguna de ellas domine nuestro actuar y a veces incluso de manera anárquica o hasta perjudicial.

Esto pasa y pasará hasta que llegue el momento en que dentro de nuestro interior
Se establezcan las convenientes alineaciones jerárquicas,
De modo que sea la Voluntad más evolucionada y superior la que prevalezca.

En la esencia de nuestro ser se halla la creatividad,
Pues esta es la ruta que marca todas nuestras existencias;
Pero no es posible dicha creatividad sin la voluntad expresa y consciente,
Tal y como lo hemos querido presentar.

Al final tenemos que aceptar que nuestras existencias no son el resultado de fatalismos,
Tampoco del capricho de nadie, sean dioses o entidades misteriosas y ocultas.
Aunque nos cueste verlo, si profundizamos en esto, y de esto se trata,
Llegaremos a descubrir que nuestra vida es una transcripción exacta
Del diseño y planificación voluntarios que desde los niveles más profundos de nosotros vamos realizando.

Mientras no lo reconozcamos así viviremos como eternos niños
O como adolescentes quejicas poniendo siempre en manos de algo externo
La responsabilidad de nuestras vidas,
O lo que es lo mismo, seremos esclavos virtuales de rejas y carceleros autoinventados,
Es decir, seremos como los habitantes de Matrix
y nuestra vida será un puro espejismo.

Creo que mi vida tiene sentido y propósito.















El Sentido de mi vida proviene del sentido de mi existir
Que traduce de manera individualizada y particular
El sentido general y total de la pura Existencia Desplegándose.

La realidad existente y manifiesta tiende a desarrollar
Todo el potencial infinito inherente en el Ser Divino,
De donde surge el Impulso hacia toda realización.

El sentido que está impreso dentro del movimiento de cualquier ser
Tiende al logro en su dimensión interna pero también en su exteriorización
De la realización manifiesta de la plenitud inherente en la Fuente de la que procedemos.

Mi sentido busca, como el río el mar, la experiencia e identificación
Con todo el amor-felicidad, inteligencia-sabiduría y energía-poder
Que anida en el corazón de todo ser,
Pero no sólo como una experiencia íntima e individual
Sino como una explosión compartida y materializada de creatividad
Dentro de las infinitas formas y posibilidades hacia las que esta expresión apunta.

El sentido de mi vida consiste en la realización del ser que soy
De manera consciente y total.


Otra cosa diferente pero complementaria se refiere al Propósito de mi vida
Que surge dentro del sentido general de mi existencia tal y como hemos dicho
Pero que perfila la forma concreta que ese sentido va tomando en cada vida.

El propósito de la vida es el que marca el camino
Con sus características respectivas, genuinas y propias
En que cada cual se dirige hacia la realización de su ser.

El propósito de nuestra vida puede ser muy diferente para cada cual
Aunque el sentido, tal y como decíamos, es el mismo para todos.

El propósito que uno se trae para una vida
Puede apuntar hacia el despertar al ser, soltar ciertas adicciones,
Trascender determinados errores de percepción o tendencias,
Aportar ciertos logros o mejoras para la humanidad,
Desarrollar ciertos aspectos de nuestro potencial
Como la energía, el amor, la compasión, la inteligencia, el servicio a los demás…

Cada ser humano, si está atento, puede ir descubriendo poco a poco
El propósito fundamental de su vida y, por lo tanto, sus tareas a desarrollar.
No es algo que se descubre con la sola mente,
El sentir interior nos lo señala, y la propia vida nos van poniendo delante
Las personas, las situaciones, las dificultades y las posibilidades para verlo.

El propósito de nuestra vida no tiene que ver con los intereses egóicos
Que funcionan según los patrones de gusto o disgusto o de la importancia personal.
El propósito de nuestra vida nace del plan de nuestra propia alma
Que en contacto con nuestro yo superior sigue la senda hacia nuestra realización
La cual coincide con el Plan de Amor, Luz y Creatividad del Ser Planetario
Para nuestra humanidad y para la tierra.

Creo en la Consciencia como la Identidad básica de mi ser.















Ella, la Consciencia, es la cualidad primigenia de lo que yo soy,
Su identidad más real y profunda, el primer eslabón de mi existir,
Contiene todo lo demás,
Se expresa como Amor-Felicidad, Inteligencia-Sabiduría y Energía-Poder.

Su causa u origen no está en la materia,
Ni en los procesos neurofisiológicos, ni en el cerebro en sí, todo lo contrario,
La consciencia que yo soy es la que se sirve de estos mecanismos
Que a su vez proceden de ella
La Fuente de la consciencia que soy no está fuera de ella
Sino en una extensión más profunda de sí misma
De la que yo soy un punto o un foco en su manifestación,
Esa Consciencia Focal es la Consciencia-Realidad a la que muchos  llamamos Dios.

La Consciencia que soy es anterior a cualquiera de las percepciones que tengo,
Aunque sea a través de ellas como me suelo reconocer,
E incluso normalmente encontrar;
Pero no somos ninguna de nuestras percepciones (pensamientos, imágenes, sensaciones,sentimientos..) las cuales están contenidas en la consciencia.

Nuestras percepciones, las recordemos o no, pasan, se mueven y cambian,
Sea en los momentos de vigilia, en el sueño o incluso en el momento de la muerte,
Pero la consciencia que somos siempre permanece
Idéntica a sí misma.
Los paisajes en los que existimos pueden ser, de hecho son, muchos,
Nuestra consciencia es el Testigo de todos ellos.

Nuestros sentidos son inertes, la consciencia los ilumina y vivifica,
Por eso sentimos.
Nuestra mente en su pensar, razonar, recordar e informar es mecánica,
Pero la consciencia también la ilumina y vivifica,
Por eso nos damos cuenta de nuestros procesos mentales.
Ella, nuestra consciencia, les da inteligencia, energía y sentir
A cualquiera de nuestras percepciones y acciones
Sean mentales  o de nuestros sentidos.

Esa consciencia que somos planea siempre, constante, invariable y eterna
En nuestro vivir,
De hecho es el mismo vivir, el vivir de la Vida en mi.

Creo en mí como ser espiritual.




Esta es la esencia de mi mismo,
Lo que perdura y siempre soy
Más allá de cualquier contingencia y cambio,
No afectable ni por el tiempo ni por el espacio
Ni siquiera por eso que llamamos muerte.

Centro de luz y de amor
De inteligencia y de energía
Conciencia pura.

No es verdad que exista una división en nosotros
Entre la dimensión espiritual y la dimensión material,
No es cierto que exista una división esquizoide entre dos mundos
El del espíritu por un lado y el de la materia por otro
Que nos expliquen antitética o separadamente.
Sólo existe una única Realidad expresándose,
La Realidad Vida o Realidad Espíritu creando mundos, circunstancias y formas,
Que en unos casos se muestran como materia cinco sentidos y densa y en otros no.
El mundo material es una dimensión del espíritu, no su opuesto.

Creo en la realidad esencial de mi ser,
Aespacial y atemportal, espíritu puro
Que se exterioriza tanto en los mundos sutiles como en los más densos y físicos
A través de sus diferentes cuerpos o instrumentos de comunicación y acción,
Físico, energético, mental y de felicidad-amor,
A los que sobrevive y de los que es independiente,
Siendo de todos ellos su causa y origen,
Por lo que les da su Vida como energía, inteligencia y sentir.

Creo que el universo no es producto del azar ni de la necesidad sino la manifestación de la Voluntad Consciente e inteligente de la Fuente-Energía-Poder.



Ni mi razón ni mi sentir pueden concebir que lo que existe
Es el resultado de impulsos o movimientos ciegos y azarosos.
Mi mente se rompe y mi corazón se deshace
Con el sólo intento para llegar a ver de ese modo las cosas.
Demasiada vida consciente con sentidos y sentimientos hondos,
Demasiada perfección, armonía y orden,
Demasiados deseos, intenciones e historias,
Demasiados ojos de niños, de adultos, de ancianos o moribundos,
También de recién nacidos
Transparentando belleza, verdad, bondad, alegría, saber…,
Incluso temor, duda, hasta ira…
Demasiadas luces, demasiadas sombras
Como para reducirlo todo a un chasquear de dedos sin base ni argumento,
Sin voluntad, inteligencia y amor que lo sostengan.

Porque más allá de los argumentos y de las discusiones,
Más allá de lo que unos u otros científicos me dicen,
Más allá incluso de elucubraciones y razonamientos filosóficos,
Pero también más allá de lo que los mismos teólogos
Y los eruditos de las distintas Escrituras aportan
Existen unas “evidencias” interiores
Que cayendo rotundas, como rocas de certeza inamovibles me muestran lo que es.

Y es que, ciertamente, unos aducirán tal o cual interpretación
Que a mi entender las hay y muy sustanciosas,
Fundadas en inteligentes, y muy lúcidas aportaciones
Que te pondrán, sí, ante la misma puerta del más Grande Principio Generador,
Y que casi te permitirán como sentir y tocar con las manos del corazón
La proximidad de ese Fondo Inicial que explica todo lo buscado;
Otros, en cambio, atrapados, o no, en rancios y ancestrales prejuicios materialistas
Proseguirán con su visión chata, racionalista y triste de la realidad
Sin el pálpito cómplice de la Consciencia Intencional.

Ante todo esto, uno tomará de aquí y de allá, informaciones y datos,
Que le llegarán y ante los que experimentará el resonar de su sentir interno,
Ese que te señala certeramente, sin dudar, directamente lo que es y lo que no es.
Y al notar ese sentir verá surgir desde dentro de él
Saberes, conocimientos y respuestas evidentes, claras, “naturales”, simples,
Con la simplicidad, la sencillez y la belleza con que la verdad se muestra.

Y es a partir de ahí desde donde uno puede hablar y decir lo que dice,
Que es algo así como que:

El universo, todos los universos, están en ti y en mi, no somos diferentes de él,
Tampoco ninguna clase de Realidad,
Porque tú y yo, todos, todo, somos parte
Y a su vez manifestación de la Realidad Una existiendo
A veces tomando una forma y otras otra en una danza sin fin.
Nosotros somos la realidad que se muestra con infinitos rostros, eternamente.

Consciencia total y absoluta, Energía viva y rotunda, tremenda,
Poder insultante y arrollador que todo lo arrasa, construye y destruye,
Ser, Vida plena llena de la totalidad que nunca dejó de ser,
Fondo, Fuente preñada de todo lo que es, lo que fue y lo que será
Dando a Luz desde su abundancia desbordante
Estremecimientos de realidad, amaneceres de existencias,
Primeros rayos de la luz que ningún ojo humano puede captar,
Elementos primarios, expresiones ínfimas de lo que será,
Bigs-bangs aquí y allá, materias, universos, vidas,
Masas de energía y fuego primordial, Materia, materia divina,
Vida, silencio, silencio absoluto ante lo que nos sobrepasa,
Expansión…, mejor callar.

Todo tan perfecto, tan inteligente, con tanta coherencia, cohesión y simetrías,
Orden, belleza suprema,… ¿acaso alguien puede cuestionar esto?
Podríamos manejar números, cifras, estadísticas, las hay ¿y qué?,
Después de todo esto unos verán y otro no. Se puede ver hasta su no ver.
¿Azar?, ¡qué azar tan poco azaroso! o ¡qué azar tan perfecto!,
Porque llegados a este punto qué bello es el azar y qué inmenso…y divino.

Bien, llamémosle como queramos, incluso necesidad,
Monod dixit, ¿y qué? Muchos se cogen a eso para dejarlo todo
tamquam tábula rasa”, o sea, sin Fondo que es como decir sin Consciencia.
¡Cuánto empeño!, ¿por qué?,
¡Si con eso no disminuimos sino que nos completamos!
Pero, argüimos: Necesidad para quien sabe es otro de los nombre de la Verdad,
Pero no entraremos ahora a filosofar, el corazón ahora no quiere,
Sólo quiere gritar su íntima certeza igual como el agua que desborda los pantanos.

Si esto es por necesidad, volvemos a exclamar, ¡qué necesidad tan hermosa!,
De tan maravillosa que es resulta incluso inteligente, e intencional y sabia.
¿Miedo?, ¿acaso alguien tiene miedo a reconocer la Inmensidad Consciente?,
¿Nos apabulla, da vértigo reconocernos y sentirnos en ella?,
Algún día tendrá que ser así y entonces sonarán campanas de gloria
En los corazones más reacios, escrupulosos y precavidos,
Entonces hasta los universos más lejanos los sentiremos cercanos
Porque veremos latir sus átomos y los nuestros juntos, no diferenciados.