En el fondo de ti mismo, más allá de las sensaciones, de las emociones y de los pensamientos, se encuentra la puerta de entrada a tu alma, que es la base de tu ser; si entras en ella a través de la intuición y el amor encontrarás un portal todavía más grande y superior; si lo penetras tendrás acceso al corazón de la Realidad Suprema que es Ser de Dios, entonces te habrás encontrado, definitivamente, a ti mismo en Él, y en tí a los demás.
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