Cuando, por fin, decides vivir desde tu Ser y no desde tu Ego, o sea, al servicio de tu alma y no de tus intereses egoístas, entonces, las únicas preguntas válidas de cara a tu acción son: "es esto lo que tú quieres de mi, Señor", "¿qué me estás pidiendo ahora que haga", "¿cómo quieres que te sirva?" y "cómo puedo ayudar mejor a los demás?"
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